Desde Roma

Casi me da hasta vergüenza después de tantos meses sin aparecer, pero no he podido hacer otra cosa. Están siendo días buenos, de muchísimo calor, que con la humedad de Roma, pues va a peor. Pero es una ciudad especial. Ciertamente, se pueden decir cosas malas de Roma, pero lo que es increíble es caminar y, entre callejuelas, llegar hasta una gran iglesia, templo o lo que fuera. Para ir al trabajo paso todos los días enfrente del Anfiteatro Flavio, aunque se le conoce más por el nombre de Coliseo.

La verdad es que la gente con la que me ha tocado tratar (niños y compañeros de trabajo) son estupendos y en este aspecto he tenido suerte. También he hecho amigos y amigas que perdurarán después de esta aventura.

Por desgracia, no he podido escribir nada en el blog porque la conexión a internet, la mayoría de las veces en el pasado, no iba lo que se dice bien. Otras veces ha sido por el trabajo o por otras cuestiones que no merece la pena tratar, pero el caso es que he vuelto a actualizar esto. Dentro de poco volveré a España para preparar más fanzines, relatos y, quién sabe, tal vez un nuevo libro. No será por los que tengo en la recámara. Pronto, más noticias, que las habra y jugosas.

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